domingo, 3 de diciembre de 2017

On the Bowery





La calle Bowery, en Nueva York, fue descripta como "La calle más triste del mundo". A mediados de la década del 50, fue el habitat de alcohólicos y vagabundos que, de a 15 centavos el vaso, dejaban sus monedas en los bares a cambio de la compañía de un trago y algún amigo ocasional. La picardía, la leve amistad, los códigos de los desesperados, la decadencia humana, la marginalidad extrema y los estragos del consumismo en personas desplazada a los márgenes del capitalismo, están retratados en el documental de ficción "On the Bowery". La película fue estrenada en el año 1956, cuando en el bajo Manhattan algunas personas se ganaban la miserable vida vendiendo el cartón que cirugeaban en la calle, a metros donde funcionó el garito CBGB, que le dio escena al nacimiento del punk neoyorkino.




Su director, Lionel Rogosin (uno de los padres fundadores en el desarrollo del cine independiente en Estados Unidos junto con Sydney Myers y Morris Engel) influenciado por el cine de Robert Flaherty y el neorrealismo italiano, intercala la participación de personas que Rogosin conoció en bares de la zona y a los que contrató como actores, cuyos personajes llevan adelante la historia, con imágenes documentales y personas reales, que apuntalan el verosímil de la historia. De ahí que el film se encuadre en el género de docuficción. Algunos especialista llegan a ubicarlo en las cercanías de Direct Cinema. Antes de filmar, Rogosin, vivió durante meses en el barrio y conoció en profundidad la vida de los marginales de la calle. Comenzó a filmar con cámara oculta. No lo convenció y contrató a un equipo profesional. Tampoco lo atrajo el resultado. Conoció de casualidad al escritor Mark Sufrin y al director de fotografía Dick Bagley, con quienes comenzó a filmar sin guión. Pero no funcionó por lo que elaboraron un guión mínimo basado en la vida de algunos habitantes reales del lugar, con diálogos que van desde la marcación actoral al registro de charlas improvisadas. Por aquel entonces el ferrocarril elevado conocido como Third Ave El no había sido demolido, por lo que la clásica sombra que proyecta sobre la avenida funciona como una referencia de época muy conveniente a la lúgubre puesta en escena. Un papael decisivo tuvo la intervención del editor Carl Lerner quien interpretó el sentido que Rogosin quiso darle al documental. (wikipedia).


La historia transcurre alrededor del Confidence Bar & Grill, un tugurio de borrachines, a donde llega el protagonista, Ray, a buscar un poco de esparcimiento después de un arduo trabajo en el ferrocarril. Allí conoce a una serie de personas que viven en el precipicio de la vida empujados por el alcohol. Son tres días donde hay lugar, no solo para la decadencia extrema, sino también para la solidaridad de los que no tienen nada para dar.





Hay que detenerse en cada plano para poder digerir todos los elementos que el furioso blanco y negro nos quiere transmitir. El contraste es el recurso que el director utiliza para destacar las marcas que un vida miserable deja en los personajes (que, no debemos olvidar, son personas reales). Pareciera que esa calle, que hoy, debido al programa de gentrificación del gobierno de la ciudad, ya es otra cosa, siempre lució en blanco y negro.