Eran los 70. Beto
había formado un grupo con unos rosarinos, uno de ellos, trova mediante,
después fue Baglietto, y venían a tocar al teatro del Colegio Don Bosco, lo que
es lo mismo que decir que venían a tocar al garage de nuestra casa. El grupo se llamaba Irreal,
nombre que presagió su disolución por consejo de un milico de finales de la
dictadura.
Morían los 70. Nosotros escuchábamos rock, detestábamos la
música disco a tal punto que en la canción "El Negro", que le compusimos para
amargarlo amorosamente a nuestro amigo El Negro Suárez, le decíamos: “va al roller disco”, es
decir la quintaesencia de la frivolidad. Pero la música disco nos presionaba
en la pista de baile y era el pasaporte necesario para conseguir chicas (con el
rock no conseguíamos nada); a las chicas que pretendíamos no les gustaba el
rock. Padecíamos ese doblez, nuestros gustos musicales estaban en el rock pero
nuestras hormonas nos llevaban a la Disco Music. A tal punto era así que Chachi
Soria, un ferviente animador de Higland Road, la disco mítica nicoleña, le preguntaba
a las chicas que conocía "¿te gusta el rock"? y les despachaba una risotada onda
Guasón en la bella carita.
El Beto siempre viajó detrás de la música. Hizo una militancia
de eso. Nos encontró a mi y a Daniel en Bueros Aires, a donde habíamos llegado siguiendo
sus enseñanzas de que "hay que irse". Nos preguntó que hacíamos ahí. Le dijimos,
como quien espera la aprobación del maestro: “nos dijiste que teníamos que
irnos de San Nicolás, y acá estamos, a la espera de más consejos”. El nos dijo: “vuelvansé,
hay que buscar la casa de uno”. Nos quedamos sin entender. Debería pasar el
tiempo y comprobar su periplo eterno para entender que no nos proponía un viaje
sino El Viaje. Él se fue a Italia y de ahí a todos lados. Y fuera de su casa
compuso los retratos más lindos de la San Nicolás costera. Complemento
esencial, quizá, de las chamarritas de Fabián Sosa o de Néstor Sívori, con la armónica
de Eugenio Canals reemplazando el acordeón, la genuina Word Music nicoleña. Beto, el que desde allá lejos le
encontró la música al camalote.