martes, 10 de mayo de 2016

Recorrido transmedia

El recorrido empezó el año pasado en el 3° Encuentro de narrativas transmedia donde conocía a Roberto Igarza, un profesor muy interesado en debatir sobre estos temas aún finalizada la clases, con quien charlamos sobre el uso de la privacidad en las redes sociales y la confusión de los nuevos usuarios entre la web, la internet y las redes sociales. De ahí hubo un largo recorrido por los sitios a donde me dirigió desde el buscador la palabra transmedia. Me detuve un buen rato en una clase dictada por Carlos Alberto Scolari en el Ciclo de transmedia eductiva dictado en la Universidad EAFIT de Colombia. Ahí aparecieron los conceptos de Learning by doing (eseñanza orientada a la acción), el aprendizaje basado en proyectos, la Inteligencia colectiva de Henry Jenkis ( Pierre Levy nos dice que en una sociedad en red nadie lo sabe todo (se ha olvidado el ideal de Hombre Renacentista), pero todo el mundo sabe algo (se amplía el rango de posibles expertos) y lo que alguien conoce está disponible para toda la comunidad), la Cátedra de datos de Alejandro Piscitelli, el Big data, Open acces (como Dialnet para textos académicos o google académico) y los Mooc, que es a donde quería llegar. "Los Cursos Masivos Abiertos en Red, o MOOC (del inglés, Massive Open Online Courses ), son una nueva modalidad de formación con propuestas orientadas a la difusión web de contenidos y un plan de actividades de aprendizaje abierto a la colaboración y la participación masiva. Son cursos con soporte web escalable e inscripción libre para quienes quieran acceder y seguir la propuesta formativa. Las propuestas formativas MOOC, término acuñado por Dave Cormier durante el desarrollo de un curso abierto sobre conectivismo en 2008, se han extendido de forma global con millones de participantes en plataformas como Coursera, Udacity, edX, etc" http://educalab.es/mooc Una muy buena plataforma de Moocs en español (España es el tercer país del mundo productor de Moocs) es Miriadax donde los cursos se pueden realizar de forma gratuita. Ahi el profesor Scolari desarrollo La tercera edad de oro de la televisión, donde analiza el desarrollo y significado de las series.
En su disertación el profesor Scolari señala que el siglo XX fue el siglo del broadcasting, cine, radio, televisión. El modelo de uno a muchos, one to many, era el modelo tradicional de la industria cultural. Había pocos medios a los que se les dedicaba mucha atención. Hace 25 años aparece la web, que no es un nuevo medio sino un gran espacio donde convergen muchas experiencias de comunicación. La comunicación en red afectó a todo el ámbito social, desde la comunicación interpersonal hasta los flujos financieros. También permiten al consumidor de información convertirse en un productor de información, lo que se conoce como "prosumidor", no solo leemos lo que otros postean en facebook sino que también producimos información cuando nosotros posteamos o subimos una foto o un video. Las redes sociales, compiten con los viejos medios por nuestra atención. Quién está mirando facebook o twiter no está mirando la televisión, aunque esto también se está modificando ya que cada vez más se mira televisión con un smartphone en la mano. Lo que se conoce como segunda pantalla. Hay muchas series que producen para la segunda pantalla para retener su audiencia.  Por ejemplo, genera un juego vinculado a la serie para resolver en el espacio de publicidad.
La dieta informativa es más variada, cada vez hay más pantallas, más medios.En ese contexto nace la narrativa transmedia. Tiene dos características priniples
1. La historia se cuenta a través de muchos medios, muchas plataformas, el relato se va expandiendo, nace en un libro, sigue en la televisión, luego en un videojuego.
2. Los fans expanden la historia haciendo remisexes, mezclas, continuando historias secundarias, modificando los finales,etc
La transmedia se aplica también al campo educativo.
Las instituciones educativas aplicaron siempre una pedagogía de la eunciación, el docente habla, los alumnos escuchan. Desde la década del 60 se habla de una pedagogía de la enunciación colectiva, donde el relato se construye entre todos y donde el docente es ahora un agitador para la producción de contenidos por parte del alumno, que reinventa y no repite, es decir una construcción colectiva del conocimiento.
Aparecen experiencias como la de Alejandro Piscitelli en Cátedra de datos y los nuevos procesos educativos abiertos, masivos, en linea y en algunos casos gratuitos (MOOC por sus siglas e inglés). Los MOOCs generalmente se componen de videos, textos para leer, actividades didácticas y actividades evaluativas y foros para el debate de los participantes a través de las redes sociales por medios de hashtags
Las plataformas que ofrecen los cursos procesan la información y generan datos sobre los cursante. Saben
cuando la gente aprende mas fácil, cuando se equivoca más, entonces pueden cambiar el contenido o la evaluación y adaptarlo.Son empresas que están aprendiendo, con millones de datos (big data), sobre como aprende la gente, algo que en la Universidad tradicional es muy difícil registrar. Por ejemplo la plataforma Miriadax, pertenece a Universia, que a su vez pertenece al banco Santander. Ofrecen a la Universidad una plataforma gratuita para producir los cursos pero ellos se quedan con todos los datos, ni  siquiera le dan a la Universidad la lista de los participantes. A la universidad.
Con classroom Google está empezando a hacer un plataformas para moocs. Khan Academy es una empresa que produce cursos. En cambio la P2P university es como un youtube de cursos, culquiera sube un curso.
Estas nuevas formas de aprender expanden la llegada de la universidad, está muy bien para actualizarse, puede ser interesante en países donde hay grandes desniveles educativos. Muchas están en la periferia de la universidad y otras afuera. Algunos lo ven como el futuro de la educación, otros creen que es solo un complemento.
También están las escuelas entendidas como laboratorios, (Media lab).  Fue creado en la Escuela de Arquitectura y Planificación en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en 1985. En Buenos Aires Alejandro Piscitelli montó el Conectarlab.

Durante el desarrollo de la disertación del profesor Scolari se presenta el proyecto transmedia Odisea, desarrollado en la EAFIT. El objetivo era diseñar una plataforma transmedia para llevar a los estudiantes a leerla odisea. Eso no se logró, pero si se logró que los estudiantes que  produjeron los materiales para el proyecto tengan un incentivo de lectura, es decir tuvieron que leer La odisea para tener la información que necesitaron para elaborar los materiales. Al que le gustaba cantar, cantaba una canción sobre La Odisea y para eso necesitaba leerla. Un se que le puede haber cantado una de las sirenas a Odiseo. Cada alumno sabe hacer algo, cada uno tiene una competencia y toda competencia es validad al momento de producir.

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Ante la pregunta de una alumna sobre el origen del transmedia Scolari reflexiona.  Los relatos transmedia en realidad no son algo nuevo. En 1938 Superman primero fue comic, luego fue radioteatro, luego serie televisiva, después largometraje, luego videojuego, parodias, etc, esto ya es transmedia.
Sherlock Holmes primero fue libro, después radio, también mashup. Se escribió un libro donde se mezcla La guerra de los mundos, de Welles con Sherlock Holmes, los marcianos invaden Londres y la reina contrata al detective para que luche contra ellos.
El Quijote sufrió adaptaciones, mezclas y expansiones narrativas, como los aleluyas (hojas impresas con
viñetas que cuentan El Quijote). Pero otros se inventaban historias, por ejemplo, la infancia de Sancho Panza, es decir un expansión trasmedia, lo cual podría considerarse contenido de usuario, de fans, que expanden la historia original. Entre la primera y segunda parte un autor que firmó como Avellaneda escribió la segunda parte apócrifa del Quijote. Luego Cervantes escribe su segunda parte e incluye a un grupo de teatro que está representando la segunda parte de Avellaneda. Lo de Avellaneda podría ser un contenido de fan.
La transmedia hace mucho que existe, ahora tomamos consciencia, lo racionalizamos y lo convertimos en
estrategia.

martes, 3 de mayo de 2016

Los punk K

Hay libros que condensan todo lo que uno hubieses querido vivir. Uno de ellos es Realismo Capitalista de Mark Fisher. En el prólogo, Peio Aguirre que hace una semblanza del tipo y de su trayectoria y menciona a K-punk "el centro de una constelación de blog que prefiguró una efervescente esfera pública, una comunidad de blogueros que discutían críticamente sobre música, cine, filosofía, literatura y teoría crítica solapando sin prejuicios los temas de debate". Es un gran contexto musical de las preferencias de estos comentaristas culturales entre los que esta Simons Reynolds, a quien ya hemos reseñado acá. Y sabemos que lo decisivo del gusto musical es el contexto, esa malla de contención que irracionalmente nos indica que música debe gustarnos y cual no. Esa elección falsamente deliberada que nos "diferencia" al decir de Pierre Bordieu. Mis contextos fueron casi siempre el aura de mis amigos, un clima de época, experiencias anticipatorias y los libros. El momento en que la música deja de ser una energía  que fluye para transformarse en un concepto. Un concepto que hay que defender como a un territorio de los intentos de vulgarizarla, pero también de nuestras más funestas y ocultas preferencias y de nuestra voluntad de tener. Encontrar un nuevo contexto es siempre un salto al vacío del cual uno no sabe como volverá. En este caso es el viejo postpunk, junto a buena música para empezar los lunes. Esa música que te transporta a la Manchester post industrial de fines de los setenta, donde nos hubiera gustado ser uno de esos chicos que andaban buscando nuevas formas de sensibilidad entre los restos del sueño de prosperidad. En menor escala, algo así como lo que ocurrió en San Nicolás en la década del noventa con las privatizaciones, pero donde la debacle económica que generó delincuencia, resentimientos, drogadicción y una vacía sensación de no-futuro no pudo cristalizar en ningún movimiento cultural porque no estaba anclado en ninguna tradición.
Esta búsqueda de contextos, que en épocas pre internet nos movilizaba por las ciudades en busca de esos rincones donde circulaba la información por fuera de los medios de comunicación ahora la hacemos a través de la pantalla. Al decir de Jean Clément la lectura del hipertexto puede asimilarse al caminar por una ciudad donde conviven las certezas que nos puede dar un mapa con la siempre acechante posibilidad de desorientarse y perderse. Como en la calle también en internet hay sitios que funcionan como señales de tránsito y nos advierten de los peligros de circular por ciertas zonas intransitables. K-punk es uno de ellos.

sábado, 30 de abril de 2016

El Alemán

Escucho a Quique Pesoa desde hace treinta años. Desde la época en que conducía la mañana de LT2 en Rosario. Me gustó de entrada su tono descontraturado, las preguntas laterales con las que encaraba sus reportajes, que sea Rosarino, pero sobre todo su tono de voz. La radio es la voz de quien llena ese espacio y admito que me he quedado embelesado ante tamaño salame solo por el tono de su voz. Pero no es el caso de Quique, que se esmera porque la voz sea siempre el vehículo de algo. No me gusta ni la música que pasa, ni muchos de sus columnistas, pero todo eso suena mejor en su voz. Y si todo lo que dijera fuera de un liviandad espantosa igual lo escucharía, porque en general, y salvo esas dos o tres ideas sagradas, es preferible la forma al contenido.
La primera llamada de atención fue un reportaje que le hizo a Los Twist en una entrevista promocional, y obviamente pagada, donde le preguntó: "¿Ustedes tocan mal a propósito o es su estilo"? Se armó un quilombo. Y a mi Los Twist me gustan. Otro día denunció a los dueños de la radio porque no le permitían emitir comentarios a favor del peronismo. Otra vez, en radio Rivadavia, donde fue  trabajar cuando lo echaron de todas las radios de Rosario, denunció que no les estaban pagando el sueldo. Y eso fue una novedad. Me acuerdo de un viaje en tren a Buenos Aires donde circunstancialmente compartimos un vagón donde él iba tocando la guitarra y cantando con unos amigotes. Para alguien que iba a Buenos Aires en busca de lo raro eso era bastante raro. Pero lo que más me impresionó fue la dedicatoria de su primer Martín Fierro a Gollán, el dueño de LT2, porque gracias a que lo despidió de su radio se vio obligado a buscar suerte en Buenos Aires y ahora estaba recibiendo el máximo galardón. Alguna vez fantaseé con que había trabajado en LT24, pero Ramini me lo desmintió.
Cuando en el año 91 hacíamos con Fernando Vittaz el programa de radio "La mañana de la 91.1" lo imitábamos a Quique en todo. A mis amigos intelectuales no les hablo de mi preferencia por Quique porque está mal visto en ese ambiente.
Lo seguí escuchando en "El desconcierto del domingo" y una vez, de regreso de San Juan, pasé por San Marcos Sierra, donde vive y tiene la radio, e intenté regalarle un libro que había escrito, pero no me dio ni cinco de bola. Le dejé el libro a su secretaria y no sea si lo hojeó. Lo más seguro es que no. Tiene fama de ser bastante zorete con quienes no son de su entorno y debe ser así nomás.
Esta noche escuché un reportaje viejo y cortito, también promocional, pero esta vez con mejor onda, a Leo Masliash. Ahí refieren a un documental sobre Oscar Alemán al que Pesoa le puso la locución. Lo voy a ver, a ver que onda.
Sigo escribiendo al otro día, con la urgencia de muchas otras cosas que quiero escuchar, pero necesitado de terminar esta reflexión para anclar la dispersión de la que soy víctima siempre por mi floja memoria. Tengo para escuchar una entrevista que le hizo Lanata, (un tipo al que empecé admirando en los noventa y terminé detestando hace unos años, pero que me sigue seduciendo por su mirada periodística de la realidad, el clima periodístico que le pone a los reportajes, en tiempos en que el reportaje se confunde con "hacerle preguntas a alguien", y por eso lo paso con un poco de soda) al pintor Eugenio Cuttica. Pero lo postergo hasta terminar esta entrada sobre el documental de Oscar Alemán, que desde el punto de vista formal es muy básico, casi l ilustración de un texto muy bien interpretado por Quique Pesoa cundo está en off, pero muy desaprovechada su imágen cuando habla a cámara, con planos difíciles de justificar narrativamente y una iluminación pretenciosa que en vez de resaltar al personaje se ofrece a si misma no como un recurso sino como una presencia, y donde el sonido, casi siempre incidental, permite que las imágenes le quiten protagonismo por su sola presencia. Sin embargo es tan intensa la historia del Oscar Alemán que resulta difícil dejar de verla hasta el final.
Su historia, de niño abandonado en la calle hasta convertirse, por el impulso genético de la intuición, en uno de los mejores guitarristas de jazz de la historia, recuerda a la de ese otro genio argentino de la armónica que fue Hugo Díaz, también considerado el mejor del mundo. Son dos ejemplos de como la naturaleza nos demuestra la potencia de lo primitivo que todo el tiempo busca imponerse a la idea positivista del progreso indefinido a través de la razón. Ni Hugo Diaz ni Oscar Alemán sabían música. Habría que decir mejor que no sabían nada acerca de la teoría de la música y la notación musical y resulta muy complejo imaginar como un interprete en esa situación puede lograr la combinación exacta de sonidos que resulten agradables al oído. En el libro "El jazz en acción" los etnólogos Robert Faulkner y Howard Becker describen los trucos que los músicos de jazz utilizan para memorizar cientos de standares e improvisar durante horas sobre las distintas estructuras armónicas con que están compuestas las canciones. Pero para lograrlo hay que tener un mínimo conocimiento de armonía. Para un músico que toca de oído es posible acostumbrarse al sonido de las armonías, pero de ahí a ser el mejor de todos hay una genética de por medio. Solo puede lograrlo un músico con oído absoluto, es decir que no necesita ninguna referencia para saber cual es la nota que está sonando. Pero tener oído absoluto es simplemente un don y ya conocemos la parábola de los dones.

martes, 22 de diciembre de 2015

Un programa de radio

La eterna imposibilidad de vivirlo todo de nuevo es un programa que emito en la radio Escuela de Arte FM 101.3 de la ciudad de San Nicolás de los Arroyos. Está basado en el libro de Simon Reynolds. El objetivo es difundir un tipo de música que en esta ciudad se escucha poco y que para mi tiene el sabor de la post adolescencia.

lunes, 20 de julio de 2015

La trinchera. Una guía para leer Trench Town.

Lo digo de nuevo. Para los que no entendemos ingles de corrido tiene poco sentido escuchar música con letra combativa (o comprometida, como se decía antes) porque en esa circunstancia la melodía, la armonía y el ritmo cobra otro sentido (o adquiere sentido) con la letra saltándole por encima.Se diría que al no entender la letra el tema se vuelve absolutamente instrumental, es decir música en estado puro. Su sentido se dispara y la canción se resignifica asignándole los sentidos que le aporta el contexto donde es escuchada. Si esa escucha es grupal el sentido es aún más polisémico. De ahí a la ya clásica relectura de Los Misterios de París o a Pierre Menard, autor del Quijote hay un paso.
Pero eso se terminó ya hace tiempo con los temas subtitulados, primero en MTV o algún otro canal de música y después con el youtube, donde la utopía adolescente de que la profe de inglés nos tradujera la letra (algo que jamás podía hacer) se hace posible. Así que todos los videos que voy a linkear en este post estarán subtitulados. Sin embargo al final del libro su autora Héléne Lee nos da un aliciente: los que sufren “no necesitan saber inglés para preciar a Bob Marley”.  Y más delante confirma “hay más afinidad entre dos creyentes sinceros de religiones diferentes que entre un creyente y un hipócrita de la misma religión”.
Pero  con el reagge  ocurre algo especial. La música es tan pegadiza y tiene una connotación tan herbácea que con solo escucharla  nos alcanza para transportarnos a ese mundo por el cual la Canción nos gusta. Sin embargo, cuando sabemos a que refieren las letras la puerta que se abre es inmensa. Ya lo hemos confirmado con el vino que más sabemos más disfrutamos. Ahora parece que con la música pasa algo similar. No hace falta saber para disfrutar, pero saber nos suma ese plus que nos transforma de adolescentes a adultos musicales. Podemos tener una conexión con el reggae y el ska en un lugar tan lúgubre con este punto del cono sur, donde es más factible encontrar similitudes con el Manchester del post punk, si hemos pasado previamente por el reggae y el ska ingles de los 80. 
Resulta que cuando Bob Marley llegó al reggae ya estaba inventado. Sin embargo, escuchando su música tenemos derecho a pensar que el fue su creador.  Como todo lo interesante en el arte popular el reggae también nació de la necesidad extrema. Nació en Trench Town, una villa de emergencia de Kingston donde la gente se moría de hambre, de frio y de pestes, y donde mitigaba todo ese padecimiento tocando los tambores alrededor de fogatas. Las letras de las canciones por supuesto puteaban a los políticos y a los poderosos en general y llamaban a algún tipo de revolución, obviamente sin suerte. Putear a los poderosos y llamar a revoluciones lo han hecho muchos, también sin suerte, pero no solo porque la revolución nunca llegó, sino porque la música que generó no lograron impactar en nadie, excepto hacerlos bailar. El Reggae nación de ralentizar el Ska. Los tipos del Ska deconstruyeron (diríamos ahora) los ritmos que les llegaban de Estados Unidos, le cambiaron  la acentuación rítmica, como consecuencia de ese descalabro todos los instrumentos dejaron su función tradicional, es decir, la guitarra comenzó a tocar ritmo y el bajo melodía, y así nació una música nueva.  Ese nacimiento tiene su mito y lo Picú y los Mosquil Brothers en el número ocho de la revista Cerdos y Peces: Dijo tio Paul Mc Cartney: "Cuando los chicos de Jamaica escucharon por primera vez a Chuck Berry y otros músicos de rock, no disponían de ningún medio para presenciar sus actuaciones. Así que los chicos agarraron sus tambores y trataron de hacer música según imaginaban que era, a partir de los discos. Con el rock el ritmo principal es el tiempo fuerte. Se consigue con la batería. Pienso que el primer loco de la isla que se compró una batería de catálogo se puso a probar y escuchó el gran ruido: supo que el bombo de pie es el más sonoro. Entonces variaron el ritmo débil, acentuando el segundo tiempo y de ahí pasaron al uno-dos-tres-cuatro. Se consigue el mismo ritmo y el mismo resultado pero invertido". Ska...boom...ska...boom.
La traducción del título del libro que relata parte de esta historia es todo lo honesto que puede ser el marketing. Se llama Trench town reggae en las calle de Bob Marley y es mejor que el original en francés: Ver Trench town un morir. Está estructurado como un reportaje en estilo indirecto con tres claras líneas narrativas: la historia del barrio, la historia del Bob Marley en el barrio y la visita de la autora al barrio. Su autora, Héléne Lee, es  periodista francesa, especialista en Jamaica y el rastafarismo e impulsora del reggae en Francia y según dice la solapa del libro escribió otro muy famoso llamado El primer rasta.  
El relato comienza en las Montañas azules, en las fuentes de Bath, en Saint Thomas, donde Leonard Howell, el “primer rasta” desarrollo la religión Rastafari que hoy tiene un millón de adeptos en el mundo y que esperan que Haile Selassie I los lleve de vuelta a Africa para zafar de toda la explotación en la que viven en Jamaica. No solo eso todavía no sucedió sino que en la década del 70 dos partidos políticos fundados por los primos Alexander Bustamante, JLP, Partido Laborista Jamaiquina  y Michael Manley,  PNP, Partido Nacionalista del pueblo, dividieron al pueblo enfrentándolos a tiros entre ellos. "Cada vez que planto una semilla, él dice: "matala antes de que crezca", dice Bob Marley sobre ese asunto.



La línea de tiempo de la música jamaiquina contemporánea es:  Ska, Rock Steady, Reggae, Dub y Dance Hall.
Ya vimos el mito del nacimiento del Ska. A eso hay que agregarle la influencia de Calypso y el Mento. 
El Calypso es un ritmo originario de Trinidad y Tobago. Los descendientes de africanos utilizaron como elemento de percusión tachos vacíos de petróleo. Estos tachos se convirtieron en el instrumento característico de este ritmo.



Harry Belafonte con su tema  Banana Boat Song (Day-O) se convirtió en el músico más representativo del Calypso.




Quizá nos suene más esto:



El Mento es el ritmo típicamente jamaiquino. Sus instrumentos característicos son la Marimba con la que el músico ejecuta la línea de bajo y el Banjo.




El grupo The Jolly Boys resurgió el Mento en los noventa, muchas veces versionando temas de rock en ritmo Mento.



Esta es la historia oficial que se cuenta sobre el nacimiento del ska: En una sesión de grabación  en cantante y compositor Prince Buster pidió al guitarrista Jah Jerry que “cambiara la marcha” (“change the gear, man, change the gear”). El guitarrista empezó a enfatizar el segundo y cuarto pulso, dando origen al nuevo sonido. La percusión se obtuvo de los estilos tradicionales jamaicanos y de marchas. Lo que hizo Prince Buster fue invertir los “shuffles” de “rhythm & blues”, acentuando los “offbeats” con la ayuda de la guitarra y un ritmo de batería 4/4, acentuando el segundo y cuarto pulsos. (wikipedia). Me gusta más la interpretación de Paul Mc Cartney.



 Este fue el tema que popularizó al Ska:



De los sound systems ya hablamos cuando refritamos la historia del hip hop