La calle Bowery, en Nueva York, fue descripta como "La calle más triste del mundo". A mediados de la década del 50, fue el habitat de alcohólicos y vagabundos que, de a 15 centavos el vaso, dejaban sus monedas en los bares a cambio de la compañía de un trago y algún amigo ocasional. La picardía, la leve amistad, los códigos de los desesperados, la decadencia humana, la marginalidad extrema y los estragos del consumismo en personas desplazada a los márgenes del capitalismo, están retratados en el documental de ficción "On the Bowery". La película fue estrenada en el año 1956, cuando en el bajo Manhattan algunas personas se ganaban la miserable vida vendiendo el cartón que cirugeaban en la calle, a metros donde funcionó el garito CBGB, que le dio escena al nacimiento del punk neoyorkino.
La historia transcurre alrededor del Confidence Bar & Grill, un tugurio de borrachines, a donde llega el protagonista, Ray, a buscar un poco de esparcimiento después de un arduo trabajo en el ferrocarril. Allí conoce a una serie de personas que viven en el precipicio de la vida empujados por el alcohol. Son tres días donde hay lugar, no solo para la decadencia extrema, sino también para la solidaridad de los que no tienen nada para dar.
Hay que detenerse en cada plano para poder digerir todos los elementos que el furioso blanco y negro nos quiere transmitir. El contraste es el recurso que el director utiliza para destacar las marcas que un vida miserable deja en los personajes (que, no debemos olvidar, son personas reales). Pareciera que esa calle, que hoy, debido al programa de gentrificación del gobierno de la ciudad, ya es otra cosa, siempre lució en blanco y negro.